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RITUAL

RITUAL DE ADORADORES:

 

1).- Nuestro Ritual es un libro litúrgico; con él nos ayudamos a celebrar nuestras vigilias, nuestras     horas de guardia. Con él también nos ayudamos a realizar nuestro ejercicio de sacerdocio común que adquirimos por el bautismo. No es un devocionario, aunque sí lo podemos usar para nuestras oraciones personales.


2).- Con nuestro Ritual oramos como Iglesia, en nombre de la Iglesia e, impulsados por el Espíritu Santo, nos asociamos a Jesucristo Nuestro Señor, para que en Él podamos alabar, adorar y bendecir al Padre. El Ritual debe ser tratado con respeto.
3)Es el equivalente al Misal que usa el sacerdote ministerial para celebrar la Santa Misa. El Misal es un ritual que tiene nombre propio. Por tanto, debe ser usado en forma equivalente.

 

Algunas reglas para el uso del Ritual:

 

1).- Es muy importante leer y reflexionar conscientemente todo lo que está escrito en  letra roja, se llaman rúbricas. Son indicaciones para realizar correctamente el Rito de nuestra Vigilia.
Si revisamos el Misal que usa el sacerdote ministerial para celebrar la Santa Misa, notaremos que igualmente tiene numerosas rúbricas. Un sacerdote recién ordenado revisa cuidadosamente las rúbricas para que su celebración la realice de modo apropiado y como está mandado hacerse.

 

2).- No debe usarse el Ritual para solamente pronunciar las palabras ahí escritas, como si fuera un libro mágico con el cual suponemos obtener cosas. El Ritual nos ayuda a comunicarnos con Dios, de tal manera que lo que leemos es como si nosotros lo hubiéramos sacado de nuestra mente y nuestro corazón. Como no tenemos esa habilidad, usamos nuestro Ritual. Además el Ritual contiene abundantemente Sagrada Escritura (Antífonas, Salmos, Lecturas, etc.), por medio de lo cual nos encontramos con Dios mismo. Si solamente leemos sin reflexionar, ese encuentro no se realiza.

 

3).- No se pronuncian ningún título de lectura, títulos de  moniciones o referencias, ya sea que estén escritas en negro o en rojo. Excepcion hecha del anuncio de los salmos.
Así como no debe decirse en la Misa  "primera lectura... segunda lectura... oración para tal...";  de manera similar se debe hacer con nuestro Ritual. 

 

4).- Es muy importante tomar en cuenta que en  todo el Ritual son contadas las ocasiones en que las oraciones deben pronunciarse por todos en conjunto. 
No está permitido pronunciar las oraciones que solo están indicadas para quien dirige, que normalmente es el Jefe del Primer Coro.
La razón es  que solo se debe escuchar para reflexionar en nuestra mente y nuestro corazón lo que estamos escuchando y no distraernos pronunciando las palabras. Para suplir el anhelo de pronunciar las palabras para alabar a Dios, debemos con gran gozo y ánimo proclamar la palabra Amén al final de cada oración.  Con esta palabra estamos diciendo que lo que otro pronunció es como si nosotros lo hubiéramos dicho; así manifestamos nuestra comunión con nuestros hermanos y con Dios; pero, finalmente, nos asociamos a la verdad de Dios. El Señor Jesús, en el Evangelio, usa mucho esta palabra para manifestar que lo que Él dice es la verdad plena.

 

5).- No está permitido adicionar, quitar o modificar ya sea las palabras o su sentido de lo escrito en el Ritual. Siendo un libro litúrgico, ha sido revisado por la autoridad de la Iglesia. Si, en conciencia creemos que debiera modificarse algo, existen los medios para llegar a esa autoridad y atender sus indicaciones.

 

Fuente original: http://anmconsamex.homestead.com/Consejo.html

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